Tear Ache Tale

Sometimes you have to hurt someone who don’t deserve it in order to make clear that you love her.

Tear

«Hubo una época hace mucho, cuando los continentes aún estaban unidos por el hielo, en la que todo el mundo era feliz. Nadie debía preocuparse de nada entonces, porque todos intentaban ayudarse. No había envidias ni arrogancias ni enfados ni llantos. Todos los sentimientos eran cálidos, y gracias a eso la gente conservaba su temperatura corporal ante tanto frío. El Dios Thymos estaba siempre atento para que aquello no cambiara, y cuando observaba desde el limbo de la atmósfera que afloraba un sentimiento negativo se acercaba y convencía al infeliz de que aquello no era la solución. Le hacía sentir especial, único, necesario para mantener un ecosistema dominado por las nieves y del que sólo se podía sobrevivir con la ayuda de todos.

La gente le estaba muy agradecida al Dios Thymos, tanto que un día decidieron tallarle una estatua, la más bella figura de hielo que jamás se ha esculpido. Todos estuvieron muy contentos con la idea, y decidieron que cada uno tendría un cincel para tallar una parte de la estatua, y así conseguir que su Dios estuviera orgulloso de cada uno de ellos.

Y así ocurrió, cuando la estatua estuvo terminada Thymos se acercó uno por uno a los habitantes de Pangea y les agradeció su ayuda para la construcción del monumento. Sin embargo, en la soledad, algunos empezaron a pensar que si ellos hubiesen terminado la estatua solos hubiera quedado mejor, puesto que mucha gente no estaba preparada para honrar a su Dios como ellos lo estaban. Thymos se dio cuenta, y consiguió calmar a parte de esta elite, pero el sentimiento se había extendido y no pudo convencer a todos. Pronto se dio cuenta de que él sólo no podría y, abrumado, se echó a llorar. Poco a poco su efigie fue escarchándose, deshelándose desde los ojos y convirtiéndose en una fina capa de nieve. Pero entonces ya nadie estaba pendiente de la estatua, y Thymos siguió llorando, hasta que sólo quedó agua salada.

El padre de Thymos, Orge, abrumado por la situación en que estaba su hijo, decidió tomar cartas en el asunto, y encolerizado provocó un grandísimo terremoto para separar la tierra y así aislar entre las lágrimas de su hijo a todos los ingratos. Se formaron así los continentes.

Al contrario de lo que había pensado Orge, el problema no se solucionó así, y Thymos continuó gimoteando ante la impotencia. Su padre consultó con Nous, la Diosa del intelecto y una vieja amante irreconciliable, y decidieron tras un encuentro pasional que aún no era tarde para salvar a su hijo. Una mañana, mientras los sollozos desayunaban sigilo, Nous y Orge asesinaron a Thymos, le abrieron en canal y extrajeron de sí sus glándulas lacrimales.

Para que la imagen de su hijo perdurara en el tiempo, condenaron a la humanidad a sentir tristeza, melancolía, a tener que buscar la felicidad sin ayuda y con lágrimas en los ojos.

Aún quedaban sobre la tierra algunas porciones de hielo, pero según van pasando los años y la gente sigue llorando, Thymos va descongelando el mundo, y si tú no dejas de llorar ahora mismo los polos se fundirán y contribuirás al calentamiento global del planeta y al fin de la vida y del mundo tal y como lo conocemos.«

– Fragmento del inacabado El Suspiro Amarillo

I Hope u’ll Understand…

Published in: on May 25, 2007 at 9:41 am  Comments (5)  

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5 comentariosDeja un comentario

  1. Supongo que me arriesgué y perdí…

  2. la alegria es un sentimiento que dura poco.. mas las tristezas siempre permanecen y lastiman al corazón.. el sufrimiento consume y a veces la tristeza es la felicidad de otro, no por envidias sino por cuestiones del corazón.

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